lunes, 24 de febrero de 2014

24 de Febrero 2014 - El olvido



¿Qué es el mundo después de todo? una colección de recuerdos; en lo real no hay nada que atrapar ni nada que olvidar; todo se conoce, nada se recuerda. Para destruir lo falso debemos cuestionar las ideas y creencias que tengamos más pegadas. De todas ellas, la idea de que uno es este instrumento cuerpo-mente-emoción es la más complicada, prácticamente nos identificamos totalmente con este vehículo. Con el cuerpo viene el mundo, con el mundo viene todo el juego de creencias e ideas que nos han inculcado, que se supone que han formado el entorno, con ello aparece el temor, las ideologías, las creencias, las promesas y toda estructura que asusta nuestra vida. Hay que considerar que la búsqueda de valores como la rectitud contribuye a formar un mundo más confortable, incluso feliz.

Pero nada dura permanentemente. Solo librándose o entendiendo el mundo como se concibe actualmente, puede hacer algo por él. Mientras uno es un prisionero de este sistema, es impotente para cambiarlo, si uno tiene a su sí mismo siempre en su corazón y recuerda sus instrucciones uno puede morar en lo verdadero, y a veces es necesario recibir mensajes de otros que están libres y no en cautiverio, de pronto se asoma ante su conciencia el amanecer de la sabiduría. Hay muchos autores que han escrito que el destino es el destino; que lo que está escrito, está escrito; que el hombre no puede evitar su destino; etc. Si fuera cierto que el destino de una persona está escrito y decidido desde su nacimiento, surge una pregunta: ¿cuál es el propósito de la vida? ¿Qué propósito tiene la vida si las experiencias y situaciones están predeterminadas y no se puede hacer nada al respecto?

La vida se puede tomar como un viaje entre el nacimiento y su término, entre ambos, está el viaje, el camino. Es muy sencillo, puesto que lo importante es el viaje, no llegar al destino. Se cree que existiría un almacén de deudas de nacimientos anteriores y que hay karma que debe agotarse en la vida presente así como otro que se acumula en el proceso de esta misma vida trasladándose a vidas futuras. Para mí todo el destino es solo aplicable (o karma) si uno imagina que está separado de sí mismo. Dese cuenta de que lo que usted es  no puede nacer ni morir, y una vez partido el temor todos los sufrimientos acaban. La fuente de la luz es realmente sí mismo, en cuanto podamos acceder libremente a nuestro sí mismo, veremos que esta luz está saliendo a la superficie para permear toda nuestra existencia externa. El olvido y conocimiento de sí mismo es lo mismo, la conciencia de las cosas y la inconsciencia de las cosas son dos aspectos de una sola vida, ambos coexisten. Al conocer el mundo olvido el sí mismo, al conocer el sí mismo olvido el mundo. R.Malak

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