La identidad no comprende lo que existía
al comienzo de la llamada creación y por esta razón imagina un big bang, la
gran explosión, que como modelo científico trata de explicar el origen del
Universo. Hay otros que sostienen en que no había nada, ni siquiera un
comienzo. Para mí la existencia y la inexistencia, la creación y el caos,
ocurren en un abrir y cerrar de ojos en la conciencia esencial, no
requiere un principio, ni ciclos de continuidad. La creación aparece y
desaparece constantemente, no hay un principio, está constantemente ocurriendo
del mismo modo que se imaginan cosas cuando estás despierto y se disuelves esas
imágenes cuando duermes. Todo lo que llamamos universo no es más que imágenes
que brotan en la conciencia infinita, nada más.
La conciencia esencial aparece como
esta infinita diversidad objetiva a causa de las infinitas imágenes que brotan
en ella. Pero lo único que se manifiesta en esas imágenes es lo que Es, uno y
sin segundo. La conciencia es todo lo que hay en todo momento, sin límites ni
obstrucciones y produce cualquier representación en el momento que desee o en
algún lugar. Las clasificaciones teóricas sólo existen para conservar la representación
teórica.
“El universo se transfigura con el
cuerpo, con una expresión siempre nueva. Dormir a fin de despertar, morir a
fin de vivir, destruir para construir, aniquilar antes de crear. La
negación nos libra del apego de las cosas, lo indescriptible es el armonizador
de la vida en libertad. Es la garantía del equilibrio último y perfecto, por
tanto en ello, me disuelvo y me reafirmo. La vida diaria es solo de acción, o
un sueño ilusorio. Lo que se hace para provecho propio se acumula y llega a ser
explosivo; un día estalla y reduce a escombros todo lo que se ha construido.
Ser lo que nosotros somos no lleva tiempo ni trabajo. Tomar consciencia
completa de quién somos lleva la totalidad del intervalo consciente. Tomar
consciencia absoluta de quién somos se llama la senda.”
La mente es un poder extraordinario
que se encuentra en la conciencia, logra que se construyan todos los
pensamientos que son la naturaleza misma de la mente, con los pensamientos
construimos el mundo. En cambio, cuando estamos en el sueño profundo no tenemos
pensamientos por tanto no hay mundo, solo en los estados de vigilia y sueño con
sueños hay pensamientos y toma existencia el mundo.
La mente proyecta el mundo de sí
misma y de nuevo lo reabsorbe adentro de sí misma. La mente existe siempre sólo
en dependencia de algo finito, permanece sola, está unida a los pensamientos,
por tanto, como se construyan o como se destruyan los pensamientos dependerá de
cómo sea la mente y ello condicionará el vivir. La mente, y por lo tanto el
mundo objetivo, brota en la conciencia como un sueño. El mundo es tal y como la
conciencia lo concibió en un principio. R.Malak
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