jueves, 31 de julio de 2014

Lo Real

La mente, cegada por las ideas, teje sin fin su hilo de ilusión. La semilla de la vida espiritual crece en silencio y oscuridad. El sol está ahí y nada ocurre, no obstante sigue la esclavitud si tu mirada está turbada.

El esfuerzo es parte del proceso, la ignorancia deviene obstinada y tiende a pervertir el carácter. A su debido tiempo aparece algo o alguien que logra romper el círculo del error. Hasta esa hora señalada, todo progreso contribuye y coopera con el crecimiento de la comprensión. Obedecer a la naturaleza es bueno, termina la noche de la ignorancia que se disuelve a la salida del sol de lo real, nada ha acontecido sin esfuerzo extremo, y la maduración tiene lugar.



Podemos estudiar cuantos libros filosóficos, místicos y espirituales se quieran, asistir a conferencias de renombrados y famosos, o, por otro lado, permanecer en retiros de diversos tipos y practicar distintos modos de meditación, acumulando técnicas y procesos, pero la emancipación solo se da en la unidad de Sí mismo.

En la naturaleza de la mente, nuestro pensamiento es el mundo. Si no nos damos cuenta de ello, más temprano que tarde confirmaremos cómo nos convertimos en lo que pensamos. He ahí el famoso conflicto. En cambio, si has vuelto la mente hacia Sí mismo, “la felicidad” aparece como disfrute. Ocasionalmente se intenta hacer desaparecer la mente, pero en realidad la mente no desaparece. Lo que ocurre es que se disuelve en Sí mismo, como unos granos de sal se disuelven en el mar océano haciéndose uno con él. Las características fundamentales y específicas de la mente se siguen presentando y manifestando, la mente sigue existiendo pero ahora es distinta y se llama conciencia pura. 

Mientras estemos expresados con cuerpo, mente y emoción, como una existencia de conciencia centralizada en este mundo, la mente operativa nos permite resolver los problemas  y nuestras funciones mundanas. No hay felicidad en lo que termina, sólo se halla en lo que no termina. La felicidad completa se obtiene en Sí mismo. Conocer a Sí mismo es disfrutar de la plenitud y la paz. R.Malak


viernes, 25 de julio de 2014

Mota de polvo

“Buscar causas es pasatiempo de la mente, no hay dualidad de causa y efecto. Lo Esencial es su propia causa, contiene todo y todo lo hace posible. En la conciencia puede tener todas las causas, si así lo quieres, y en lo cotidiano otro puede alegrarse con una sola de ellas, llamándola voluntad Divina. Sin embargo, la causa raíz es la sensación de Ser.

El cielo palpita por ver lo indescriptible, solo hay un sí mismo, la realidad. Cuando acontece con su verdad, como inmutable es entendido. Todo lo nuevo cubre eternidad, soy el presenciador de lo sentido. En su centro es oscurecido como realizador de la claridad, y las cosas ocurren con gentileza. Dentro de sí hay un núcleo de reposo, nada se construye sin su naturaleza. Es impersonalmente famoso, indescriptible punto de pureza, ser siendo nada, todo poderoso”. R.Malak


Las personas viven su vida con limitaciones, sumergidos en las ilusiones del mundo. En su eterno movimiento, la conciencia se centraliza y expresa límites como mente del individuo. Esto es el ego, el cual construye la base del mundo mental que se crea en torno a esa centralización. Así, ego y mundo funcionan juntos en la manifestación, limitando el poder, y reflejándose como falta de libertad en la vida de las personas. 

Ocasionalmente, las expresiones religiosas dicen que el hombre vive entre dos energías: la material y la espiritual. Dicho de otra manera, de un modo químico y uno alquímico. La energía química vendría del comer, del dormir y de las impresiones de nuestra vida cotidiana, y la alquimia sería manifestación pura de la esencia. Este modo diferenciado de especificar puede parecer coherente, pero lo cierto es que en la observación sin juicio no existe diferencia. Esta no diferenciación se evidencia también a través de la meditación, o -para los más devocionales- a través de la oración, las que, como instrumentos de conexión, permiten testificar la pureza de la conciencia, descorriendo el velo que cubría la cara de la realidad.  

Sólo en los cuerpos y mentes existen diferencias aparentes, pero Sí mismo es idéntico para todos, no separado, indiferenciado. No es propiedad privada, es uno entre la diversidad, constante entre las formas que vienen y se van; es la consciencia pura. El conocimiento de Sí mismo no es una acción en sí, no puede alcanzase por medio del hacer, sino que es un conocimiento directo e intuitivo. No puedes alcanzarte a ti mismo si no es conociéndote. R.Malak.

miércoles, 23 de julio de 2014

¿Quién forma paisaje?

“Regiones agrestes, duras y violentas, donde lo esencial esparció greda, volcanes y cerros, como si fueran retazos. Dio forma a las montañas y a sus valles, playas intensas que son bañadas por el océano generoso.

Observo las lluvias y las inclemencias del tiempo detrás del crepúsculo que revienta senderos. La conciencia esencial crea infinitos universos cuando se contrae para expresarse, y la mente da cuenta cuando hay reflejo de su maravilla. De igual modo construye infinitos mundos que aparecen en un dormir y despertar, armar y terminar, destruir para construir, aniquilar para luego crear.


La negación nos libera de la tiranía de las cosas y de sus clasificaciones. Lo real es armonizador de la vida en libertad y la garantía del equilibrio último y perfecto. Por tanto en ello me disuelvo, y me reafirmo en expresión cotidiana”. R.Malak 


La vida diaria es acción en la diversidad. El modo como se expresa la unidad de la existencia es la realidad, y su comprensión es liberación. Malentender la diversidad como si fueran elementos separados en lucha y adversidad, es producto de la construcción de pensamientos, y cuando esto se hace para provecho propio, acumula presión y termina por explotar, confundiendo.

En nuestra imaginación nos hemos divorciado de lo real, encerrándonos en una nube de deseos y temores, de imágenes y pensamientos, de ideas y conceptos personales. Los sueños están superpuestos al mundo cotidiano, se construyen e influencian, provocando el olvido de Sí mismo. La liberación consiste en romper las trabas conceptuales que separan la manifestación, limitándola.

La liberación es el estado absoluto, como expresión de Sí mismo, en el que se comprende la unidad de la conciencia que todo lo impregna. Esta comprensión es la libertad, con ella hay liberación de la confusa idea de parecer encontrarse en prisión, idea que surge debido a la ignorancia causada por el poder de la ilusión.

Cuando la creencia equivocada es eliminada por el conocimiento de Sí mismo, en ese mismo instante se comprende todo, y cae la ilusión que se presentaba como deseos que permanentemente generaban olas de pensamientos y ocultaban  nuestra verdadera naturaleza. R.Malak


lunes, 21 de julio de 2014

Legión

“El ego es legión, luchando entre sí por el uso de mi atención, múltiples tendencias de la mente que están sin paz de pensamientos y de sentimientos. Abriendo paquetes de recuerdos e impulsos que dicen "yo soy", tiendo a identificarme.
Me asomo libre si me percato del error, porque la fuente de conciencia no puede ser un objeto. Conocer la fuente es ser la fuente.
Como presenciador puro soy inmutable, inagotable. En cambio, como persona, se muestra un reflejo de contradictorias formas y hábitos atrapado en el tiempoespacio. Aun así, cuando tengo hambre, como; cuando tengo sed, bebo. El ánimo es sostenido.

Mientras la respiración se mantenga, el cuerpo vivirá, y cuando dé el último suspiro, morirá el cuerpo. En cambio la vida no se detiene, extendiéndose ante mí. ¿Qué podría ser más hermoso?". R.Malak


Sí mismo es tanto el mundo conocido como lo no conocido. Lo no conocido da nacimiento a lo conocido, pero permanece no conocido. La fuente de toda vida y de todo conocimiento es Sí mismo, trascendente, inexplicable, indefinible, inentendible, indescriptible, todo paz y todo dicha. Lo conocido es infinito, lo no conocido es multiplicidad de  infinitos.

No hay diferencia entre Si mismo y la plenitud o felicidad. Lo esencial es perfección y  paz, una misma cosa. Plantear que la meta es buscar la perfección es un error. Cuanto más se aproxima uno a Sí mismo, más  certifica la felicidad. La naturaleza de la verdad es la dicha.

Algunos creen que las personas pueden realizarse, algo así como tener ya el cielo en las manos, con la felicidad a su disposición, y que cada expresión que nazca de ellas será solo luz y felicidad. Se cree que estas personas poseen dones especiales, que los hacen diferentes a los demás. Lo cierto es que la realización y la compresión, cuando sobreviene, presenta la certeza de que no hay nadie ni nada que se iluminen. La realización es, ya está, no puede ser poseída, ni ganada como un don. R.Malak

jueves, 17 de julio de 2014

No hay luz ajena

“Comprimiré los espacios. ¿A dónde? Sin pies, ni manos, ni premuras, ¿qué hacer?
Ya los días han pasado sin vuelta, no llegaron a dar con su destino, disgregándose en cada segundo, como las aves, las abejas y las flores.
Se tiene que vencer el signo de Marte y plantar allí bellos sonidos. No sirven las lecturas ni revisiones, ya no hay la luz ajena.

Volemos a través de la savia pura, que aparece convertida en gotas de lluvia primaveral, y calmará la sed de la comprensión en el despliegue”. R.Malak


El trasfondo natural es la dicha, es una expresión de la naturaleza esencial, es inherente aunque se haya olvidado. La tendencia de la mente, como expresión funcional de la conciencia, privilegia proteger el cuerpo y su expresión en este espacio-tiempo, lo que contribuye a aumentar la ignorancia de su verdadera naturaleza. 

No significa que con la comprensión, los que han dejado caer el velo que les obstruía, dejen de ser entes vivientes comunes que usan la mente. Ellos aún recuerdan, razonan, piensan y aprenden. La diferencia es que ellos no están apegados a sus egos, lo que les provoca la ausencia de ignorancia, de arrogancia y de dudas. No están centrados en sí mismos. Sus mentes que discriminan han sido transformadas en sabiduría, abandonando totalmente sus aflicciones.

Las personas, en su descuido, se identifican con sus cuerpos, su mente y sus emociones. Los sentidos presionan y los sumergen en los espacios diferenciadores. Mas cuando los trascienden, se muestra claramente que lo que soy es pura bienaventuranza, la realidad más plena y la consciencia más completa. 

Una pregunta coherente es: ¿Existe una religión o una filosofía que no dependa de la convicción de alguien? ¿Existe un camino devocional, ritualístico o psicológico que ayude a la comprensión? Sabemos que definir implica  limitar los conceptos al ámbito de su expresión. El análisis define las características de la experiencia al describir, y los sentidos físicos crean una división entre objetos materiales e ideales. Ocurre que al observar con los ojos cosas bellas, no se ve la belleza, por la tendencia a delimitar con descripciones.

Lo esencial  no es una condición, ni un espacio temporal, no es descriptible, ese Ser es inherente a todo, es la Consciencia en todos los entes: ya sea delincuente, trabajador, millonario, rey, santo, perro, gato o cualquier alimaña común. En todos ellos lo esencial se muestra como contenido y como continente de expresión de lo Real. 

Si reitero la pregunta de otro modo: ¿Puede haber algo que no dependa de los libros sagrados o pseudosagrados?, ¿puede que ellos dependen más bien de la fe de alguien en ellos? No importa qué condición definamos, surge un límite establecido por sus cualidades materiales, - ya sea de peso, de color, de temperatura, de masa, de tiempo, de longitud, de belleza, de temporalidad, de gusto o de disgusto, etc.- que tiene la virtud de determinar un extremo y un inicio, y, por ende, de introducir límites de diferenciación entre lo que ha sido definido, en contra de lo que está fuera de esos límites. 

Cuando observo una cosa estoy usando mi razonamiento para describir lo que veo. Podemos decir que la mente le agrega a las cualidades de los sentidos -vista, audición, olfato, sabor y tacto-, las funciones de razonar, recordar y emitir juicios. Sin símbolos y otros objetos de los sentidos, sin todas esas herramientas, se podría decir que la mente discriminatoria no podría funcionar ni poner atributos a algo. El cuerpo  y la mente no darían cuenta de que algo esté frente a sí mismo.

Dicho de modo más simple, la conciencia esencial se expresa desde su estado elevado de pureza no diferenciada, y preferentemente usa la funcionalidad llamada mente. De esa manera, la conciencia crea, y, aun cuando se restrinja totalmente en un modo de ego centralizado, no pierde su verdadera naturaleza, sino que sigue en su pureza, expresándose en la reflexión del tiempo espacio. 

Ser no es un estado, no estamos cristalizados siempre como un mismo ser. Somos un proceso que fluye desde y hacia el océano de lo indescriptible. Esta comunicación de la individualidad con la interioridad hace que se entone nuestro cuerpo físico, nuestras emociones y la mente, y es por medio de la reflexión interior que intercambiamos procesos con nuestra naturaleza, expresando que no hay luz ajena. R.Malak

martes, 15 de julio de 2014

Blanco y Negro

“Alejado del tiempo en un cielo silencioso. La gente cotidiana cuida el valle, mientras la mirada de la noche hace que dormiten las flores, enrojeciendo las sonrisas. La soledad mágica y antigua me acompaña en este instante, y los pensamientos, como visitantes, marcan el cielo.

Los ramajes ideológicos, como glaciares, se apartan, porque les he quitado la atención y me he desapegado de la nube de temores. El presente activo es plenitud, que, como canto de la mañana, inunda el corazón”. R.Malak


La mente, como expresión de la conciencia, permanece, aunque sus enfoques pueden manifestarse de distintos modos. Cuando la mente mira a lo fenoménico, entre lo externo, cuyas expresiones pueden ser egoicas y mundanas, toma la forma de los objetos con que se rodea. De igual modo, cuando se vuelve hacia el interior, se funde con la conciencia de donde procede.
Suponer que cruzamos una etapa oscura en la humanidad es un error. Lo armónico y lo destructivo de la sociedad han estado permanentemente a la vista. Por un lado está el cinismo con que se observan las cosas, y por otro lado están los que muestran un gran esfuerzo por comunicar y hacer presente lo constructivo de la humanidad.
Generalmente respondemos al sistema educativo que se nos ha implantado a través de un currículo oculto de acuerdo a la inclinación del gobierno de turno. La cuestión del costo-beneficio marca toda actividad, quedando sumergidos los intentos de gobernantes bien intencionados por cambiar el enfoque y recoger lo constructivo y conveniente para todos.
La avaricia constante de una parte de la sociedad impulsa el consumo, sumergiendo a toda mirada distinta que intente comunicar. Aun así hay miles de miles de jóvenes, y otros no tanto, que estudian e intentan valientemente construir una profesión que les permita, además de ganarse el sustento, cambiar a la sociedad imperante. Muchos consideran que su aspiración de cambio es utópica, pero es una energía que no está equivocada.
Por otro lado, los medios de comunicación se mueven en función del éxito de sus programaciones, y no consiguen mantener los programas llamados educativos o constructivos, sino que dan preferencia a los temas que son de consumo fácil, por las posiciones que destacan las formas de globalización.
La seguridad, la tranquilidad, está dentro de uno mismo, no fuera. Los intentos de buscar afuera solo siembran inseguridad, como una permanente contradicción. Como óptimo, aparece la contemplación de nuestra identidad, de las creencias, apegos, hábitos y costumbres, que identifican cómo fuimos construidos. Esta búsqueda individual delicada de quién soy, no aparece como un aprendizaje, sino como una vivencia personal e íntima.
Me parece conveniente buscar dentro de sí mismos para que los conflictos se identifiquen, y se tenga un claro vislumbre de la vida plena, que la sentirá quien se conozca a sí mismo, y, cumpliendo la promesa antigua, tendrá toda la sabiduría del universo. Aparece como una investigación que despliega lo que eres: aquello que no puedes escuchar o ver, tu esencia, la conciencia.
La búsqueda de la sabiduría muestra que somos la conciencia que ha sido testigo del nacimiento en este intervalo centralizado. Nos hacemos conscientes de esta oscuridad cegadora, o sea, de esta luz que no refleja nada, solo hay luz, inteligencia consciente, que se expresa a sí misma a través de las infinitas manifestaciones o imágenes. La luz de lo esencial es un fuego que todo lo consume. Esta luz da inicio a todas las expresiones, haciendo desaparecer las sombras, destruyendo las distorsiones, sin principio ni final. R.Malak




miércoles, 9 de julio de 2014

¿QUIÉN SOY?

“Como sabueso que busca el rastro, sigo la huella de las letras frescas, abriendo de parte a parte el corazón que anhela la verdad.
Mil demonios, mil deseos. Miro el comienzo mágico que ha nacido del recuerdo, y la intrincada historia espera, entre el sueño y la vigilia, reflejando la sombra absoluta.

El enigma sube por mi garganta, el río se mezcla con la lluvia que cae, todo se da de modo complejo, y, detrás del fondo de los ojos puros, me veo sonriendo a la existencia. Las evidencias logran que descubra el sendero de la vida, y el nombre gruñe en mi pecho con fuerza, desenredando el secreto de la risa”. R.Malak


Nada de lo que viene y va soy yo. Si digo: “estoy aburrido”, ¿quién sabe esto? Si estoy enojado, presionado, atemorizado, ¿quién lo sabe? Soy el conocimiento, no el estado conocido. Los pensamientos surgen y la atención los destaca, apegándose a ellos. De esta manera me identifico con ellos, y así se transforman en una definición de mí mismo, se convierten en yo.

Al indagar profundamente: “¿quién soy?, ¿dónde estoy?”-, puedo observar que no es posible hallar una entidad que responda a eso. Si investigamos nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestras emociones, encontraremos unas ideas con las que uno se identifica, como: “yo soy una persona, yo soy un ser humano, yo soy un hombre”. Estas ideas que se adhieren a mi sentido de ser, construyen el ego, mi sentido de ser yo, que se define por ellas. Pero estas ideas no pueden completar totalmente mi sentido de ser, y por eso me siento deficiente y carente. De ahí que aparezca el temor, la ansiedad y la duda. El deseo de completarse surge de ello, y satisfacerlo se convierte en el motivo de existir.

Estas construcciones sobre las ideas de uno mismo, son el aspecto de la función mental que arma identidad. Esta identidad creada por la mente está tan arraigada, confiamos tanto en ella, la damos tan por sentada, que se convierte en el mayor obstáculo para reconocer nuestra naturaleza verdadera. Construye sentimientos de separación y nos invita a buscar la felicidad afuera, en lo exterior. R.Malak


lunes, 7 de julio de 2014

Río de la Vida

“Nacen advertencias en el corazón. El cielo dividiré por la mitad y recogeré las nubes oscuras. Allí  enviaré  bálsamo de avena como mensajes de dulzura. ¡Observaré cómo el mundo se despliega!

Es una delicia. Navegaré por los instantes, sigiloso, con la promesa de esmeralda que repica en mi interior. Ahora nada señalo, solo veo el aire libre que se mueve a través de las hojas, mostrando con suavidad lo indescriptible. Amanezco allí donde respiran las hojas, y construiré armaduras de luz destruyendo el olvido” . R.Malak


La red de la vida muestra interdependencias complejas entre los individuos. Estas dependencias a veces son duraderas y vinculantes, otras veces son fugaces y, por ello, relativamente independientes dentro de la cadena de eventos. La incertidumbre y la indeterminación abundan en la época que nos ha tocado vivir, formando parte de la manera como, por lo general, se asume el quehacer. Es bueno aprender a fluir sobre las olas provocadas por los movimientos siempre cambiantes del río de la vida.

Nuestro mundo está estructurado por la mente, la que, debido a su propia naturaleza, construye formas con los pensamientos. Por eso, bien podemos decir que la identidad está armada por lo que se piensa. El modo de salir de allí, para disfrutar una vida sin anteojeras, es la observación sin juicio. Obviamente, puedes seguir viendo la vida como siempre,  pero debes saber que te estás engañando al no detectar que dentro de la mente hay un juego de herramientas que construyen procesos que forman "el ego", nombre dado a la tendencia de autosepararse de sí mismo.

Algunos plantean: "estoy convencido de algo, por tanto debe ser verdadero". Sin embargo, es obvio que ninguna filosofía o religión, por muy completa que sea, por muy libre de contradicciones internas que sea, y por muy emocionalmente atractiva que sea, aporta pruebas absolutas de la verdad que promulga. De pronto son solo trajes que se ponen las personas y que varían con los tiempos y las circunstancias, las cuales siguen la moda del pensamiento, del gurú, de la doctrina o de la corriente religiosa que estén vigentes.

La causa principal de la ilusión son ciertos deseos presentes en nosotros. Los deseos generan olas de pensamientos, y muchos de estos velan la verdadera naturaleza interior. En sí, los deseos no son equivocados, ellos apuntan a cumplir los requerimientos de la fuerza de la vida. Los que ocultan nuestra naturaleza auténtica, que es dichosa, inmortal y eterna, son los deseos inapropiadamente egoicos, dado que nublan el conocimiento de la realidad absoluta que está presente en todos. Por ejemplo, los deseos de autodefinirse, destacar y separarse. Con el pensamiento se arma un lenguaje basado en conceptos de separación y clasificación. Así aparece la palabra "persona", para designar el vestido temporal con que sí mismo se ha cubierto, dando validez a la idea de ser un ente con capacidad de razonar y que posee conciencia de sí mismo, con una identidad única, y a quien legalmente le corresponde tener derechos y cumplir con obligaciones.

La comprensión de la realidad no es una acción en sí, ni una sumatoria de ellas, solo se alcanza con autoconocimiento. El conocimiento de sí mismo es inmediato y directo, es la experiencia intuitiva, es la unidad de la existencia. Evidencia la realidad, y tomar conciencia de esta evidencia es la realización. Con esto se botan las obstrucciones que delimitan la concepción de la existencia separada. El que comprende la unidad de la conciencia que todo lo impregna, se asoma, pleno, a la liberación del estado de ilusión que estaba presente, y a la comprensión de la libertad que de hecho existe, deshaciéndose de la noción errónea de la esclavitud. R.Malak

sábado, 5 de julio de 2014

Senda, camino o ruta

“Todo aparenta ser polvo, todo vendrá y también se irá. Alejamiento de espacios y palabras. ¡Cuánta belleza pura pasará, pavimentando la ruta de estrellas! El agua no será la misma, ni el canto su aspecto diluido, ya hablarán otras formas con voz de plenitud. Flores y aves buscarán el sol.

Todo aparenta ser polvo, así se ha dispuesto. El amor sigue fluyendo como antigua miel con sabor a pétalos. Seguirá llenando los espacios, desbordando de alegorías místicas. El amor no deja de expresarse en forma ahíta y profunda”. R.Malak

Imagen de la película Ágora

Dicen que el maestro aparece cuando el estudiante está listo, pero lo cierto es que la comprensión ocurre en su debido momento. Esto sucede, se encuentre uno en condiciones o no. Suponer que la vida discrimina en este sentido es un asunto subjetivo. Ahora, si uno encuentra un maestro, felicitaciones -suena "la fortuna" para el aparente privilegiado-. Si, por otro lado, el maestro se contacta con uno, las posibilidades de desplegarse serán mucho mayores. Y si no sucede ninguno de estos casos deberemos proceder en solitario a buscar en nuestro interior, considerando con fuerza: ¿Quién le enseño al primero?

La senda es solo una idea, una metáfora, una manera de explicar lo que ocurre. Ciertamente es una figura de lenguaje. Es como un niño que gatea, habrá un instante en el que dejará de hacerlo, y esto será cuando aprenda a caminar. De igual modo habrá un momento en el que tendrás que darte cuenta. Sin embargo, hay dos aspectos importantes en la búsqueda: responsabilidad y desapego. Responsabilidad al tomar las enseñanzas en serio, y desapego para no alimentar más al ego, evitando el engrandecimiento personal que genera más separación de modos muy sutiles que suelen pasar inadvertidos.

Siempre es mejor practicar guiados por un buen instructor o apuntador, pero hay algunos que tienen condiciones profundas que influyen en el proceso, sea que han practicado bien durante mucho tiempo o han sido serios en su estudios personales, y ellos harán progresos rápidos tanto si tienen un maestro como si no lo tienen. Entenderán la doctrina de la tradición y no abandonarán la ruta. Es un hecho que hay quienes despliegan la comprensión sin la guía de un maestro, aunque esto no es lo más común.

También sucede que hay personas que necesitan practicar con muchos maestros antes de llegar a comprender completamente. Ocasionalmente, los practicantes se engañan a sí mismos pensando que una experiencia transitoria es la realización. Esto puede truncar su práctica. Es bueno tener un método y entender cuál es el objetivo de la práctica. Además es aconsejable dedicarle un período de tiempo diario.  

Sabemos que hay otros que estudian en escuelas espirituales o corrientes religiosas, y en muchos casos se sienten especiales y evolucionados, suponiendo, quizás, que lo Divino los ha conducido al lugar adecuado para su crecimiento y evolución, o que la información que van a recibir es muy importante y no puede divulgarse a personas que no están tan evolucionadas como ellos, porque no tienen la capacidad para entenderla o para darle un buen uso. Esa presunción se convierte en una forma de arrogancia, nada espiritual, que los hace pensar que son privilegiados, especiales, elegidos, y que los demás están descarriados o perdidos en la vida.

En el universo existe solo lo Esencial y es lo mismo para todos. Inventamos diferentes maneras de rendir culto, creamos dogmas y doctrinas, pero, en esencia, todo es Si Mismo. En ese sentido somos iguales, nadie está más adelante ni más atrás, nadie vale más ni menos. Cualquier interpretación y clasificación, como ser especial, corresponde al terreno del ego humano y no al terreno de lo Real. R.Malak



jueves, 3 de julio de 2014

La Puerta a la Esencia




Tenemos la costumbre de abrir y cerrar puertas. Las hemos inventado con la pretensión de impedir o facilitar el acceso a lo valioso, por medio de cerrojos, candados, pestillos, y toda suerte de medios. ¿Podremos de este modo evitar, quizás, que se divulguen los secretos?
Las revelaciones muestran lo que estaba escondido, y descubrimos con ello, asombrados, que estaba totalmente expuesto. Quedaban escondidas a la identidad centralizada, pero abiertas al corazón del que ha comprendido el regalo que abre lo Divino.

Cuando examinamos teóricamente el arte de amar, nos enfrentamos a un problema muy difícil. Reconozcamos que se precisa abandonar la teoría para avanzar a la práctica. Se puede aprender algo de forma teórica, pero un arte, ¿es posible desenvolverlo de otra forma que no sea practicándolo?  

La dificultad del problema se ve aumentada por el hecho de que la mayoría espera recibir recetas que indiquen el cómo. ¿De qué modo hacer eso que se propone?

Para amar hay que pasar de la enseñanza, abandonando la expresión egoica, dejando de lado el pensamiento, ya sea superficial o profundo, sumergirse concretamente en la  meditación, pausada y profundamente. Es cuestión de amar, no sólo como una experiencia,  sino como una comprensión que podemos tener por y para nosotros mismos. De ese modo se está en condiciones de dar amor.

Aparece el conocimiento, que puede venir por la meditación constante, esa que muestra a Si mismo, que se fija y se funde con el conocimiento universal. De esta manera viene totalmente libre, como el cielo o el espacio.  

No es posible negar que suele sobrevenir la idea de acumular conocimiento, como un mono o una ardilla que acumulan las nueces que caen del árbol. Aunque sea conocimiento espiritual, aspiran a recibir algo; esa es la dificultad real. Mientras la búsqueda esté apuntando a las formas que nos rodean, la puerta interior parece cerrarse -aparentemente cerrarse- dado que la atención se ha vuelto al demandante mundo fenoménico dejando de lado el despertar instantáneo.

“Con el amor he sido bendecido, quedando toda mi expresión expuesta al viento. Si al observar los modos quedo extasiado, ya todas las luces se han extendido. Es un problema vivir medio sumergido, ante la escucha estoy sediento y es todo un acontecimiento. Giro sin fin produciendo el olvido. En la agitada mente, todo danza. Al mirar la plenitud, que es toda hermosura, se marca como una bienaventuranza, que aparenta perder la cordura, colmando de alabanza, y expresando amor silencioso que parece locura” R.Malak


martes, 1 de julio de 2014

Observación Plena



El mundo lo construye la mente, no hay otro lugar. La mente se revela como base universal de la experiencia: construye el placer y el sufrimiento, arma el sentido de vida y despliega lo que llamamos muerte.

A la mente se le pueden observar diversos aspectos, por ejemplo la capacidad diferenciadora, es decir, se aferra o rechaza algo externo. Otro es la expresión discursiva constructora de pensamientos, que arma redes y que funciona en relación a un punto de referencia exterior.

La mente despliega, piensa, hace planes, desea y manipula, monta en cólera, crea oleadas de emociones y pensamientos de todo tipo, por los que se deja llevar. En general, la mente fragmenta la vida a través de la experiencia.

La funcionalidad de la mente se ve envuelta por el aspecto psicológico quedando velada por el rápido discurrir de los pensamientos y las emociones. Con estos se construye la ilusión de un ego centralizado que está ubicado espacial y temporalmente en un escenario vivido. Todo ello es alimentado, además, por la idea de que uno es el cuerpo, cooperando con la generación de dicha ilusión. Incluso se llegan a construir pensamientos sobre lo Divino, localizándolo en alguna parte y considerándolo el creador y constructor de este anfiteatro o escenario llamado vida cotidiana.

Si por alguna razón o sin ella, absorto en una observación de plenitud, se deja de perseguir pensamientos que se despliegan de instante en instante, si por algún instante no se omite o rechaza nada, si por un momento no hay clasificación, la mente -que se ha transparentado a través de la observación sin juicio- refleja en forma pura la inteligencia esencial, que es la esencia más íntima, que es siempre y absolutamente inmune al cambio. Lo real detecta el tren de datos que se detiene ante la fuerza del silencio, ya no hay pensamientos, ni sensaciones, y se despliega la flor de la comprensión. Mientras una brisa fresca acaricia la piel, las ideas se muestran y desaparecen, reposando en la tranquilidad, mirando el vacío que hay ante los ojos. Ni material ni sutil, nada que indicar, ni siquiera afirmaciones teóricas, solo observación plena. R.Malak