sábado, 5 de julio de 2014

Senda, camino o ruta

“Todo aparenta ser polvo, todo vendrá y también se irá. Alejamiento de espacios y palabras. ¡Cuánta belleza pura pasará, pavimentando la ruta de estrellas! El agua no será la misma, ni el canto su aspecto diluido, ya hablarán otras formas con voz de plenitud. Flores y aves buscarán el sol.

Todo aparenta ser polvo, así se ha dispuesto. El amor sigue fluyendo como antigua miel con sabor a pétalos. Seguirá llenando los espacios, desbordando de alegorías místicas. El amor no deja de expresarse en forma ahíta y profunda”. R.Malak

Imagen de la película Ágora

Dicen que el maestro aparece cuando el estudiante está listo, pero lo cierto es que la comprensión ocurre en su debido momento. Esto sucede, se encuentre uno en condiciones o no. Suponer que la vida discrimina en este sentido es un asunto subjetivo. Ahora, si uno encuentra un maestro, felicitaciones -suena "la fortuna" para el aparente privilegiado-. Si, por otro lado, el maestro se contacta con uno, las posibilidades de desplegarse serán mucho mayores. Y si no sucede ninguno de estos casos deberemos proceder en solitario a buscar en nuestro interior, considerando con fuerza: ¿Quién le enseño al primero?

La senda es solo una idea, una metáfora, una manera de explicar lo que ocurre. Ciertamente es una figura de lenguaje. Es como un niño que gatea, habrá un instante en el que dejará de hacerlo, y esto será cuando aprenda a caminar. De igual modo habrá un momento en el que tendrás que darte cuenta. Sin embargo, hay dos aspectos importantes en la búsqueda: responsabilidad y desapego. Responsabilidad al tomar las enseñanzas en serio, y desapego para no alimentar más al ego, evitando el engrandecimiento personal que genera más separación de modos muy sutiles que suelen pasar inadvertidos.

Siempre es mejor practicar guiados por un buen instructor o apuntador, pero hay algunos que tienen condiciones profundas que influyen en el proceso, sea que han practicado bien durante mucho tiempo o han sido serios en su estudios personales, y ellos harán progresos rápidos tanto si tienen un maestro como si no lo tienen. Entenderán la doctrina de la tradición y no abandonarán la ruta. Es un hecho que hay quienes despliegan la comprensión sin la guía de un maestro, aunque esto no es lo más común.

También sucede que hay personas que necesitan practicar con muchos maestros antes de llegar a comprender completamente. Ocasionalmente, los practicantes se engañan a sí mismos pensando que una experiencia transitoria es la realización. Esto puede truncar su práctica. Es bueno tener un método y entender cuál es el objetivo de la práctica. Además es aconsejable dedicarle un período de tiempo diario.  

Sabemos que hay otros que estudian en escuelas espirituales o corrientes religiosas, y en muchos casos se sienten especiales y evolucionados, suponiendo, quizás, que lo Divino los ha conducido al lugar adecuado para su crecimiento y evolución, o que la información que van a recibir es muy importante y no puede divulgarse a personas que no están tan evolucionadas como ellos, porque no tienen la capacidad para entenderla o para darle un buen uso. Esa presunción se convierte en una forma de arrogancia, nada espiritual, que los hace pensar que son privilegiados, especiales, elegidos, y que los demás están descarriados o perdidos en la vida.

En el universo existe solo lo Esencial y es lo mismo para todos. Inventamos diferentes maneras de rendir culto, creamos dogmas y doctrinas, pero, en esencia, todo es Si Mismo. En ese sentido somos iguales, nadie está más adelante ni más atrás, nadie vale más ni menos. Cualquier interpretación y clasificación, como ser especial, corresponde al terreno del ego humano y no al terreno de lo Real. R.Malak



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