lunes, 14 de abril de 2014

¿Quien?


¿Quién observa la mente en el mar de conciencia? Cuando sopla el viento, suavemente con gran ingenuidad, muchos buscan afuera  para salir de la rutina, ya sea por impulso o por escapar de la prisión de la identidad. 
El juicio atrapado en los condicionamientos, como un almacén, se está rellenando constantemente con deseos y temores nuevos, ¿acaso puede dejar de acumular? Si comprendemos la causa raíz de los temores el karma se disolverá como un sueño. Todos los sufrimientos los construye la persona y está dentro del poder de la persona ponerles fin.
Lo Esencial ayuda poniendo a la persona frente a los resultados de sus acciones provocando que el equilibrio sea restaurado, es la mano curativa. Si la experiencia es pura no hay responsabilidad, si es pura no construye lazos; la experiencia atrapada por el deseo y el temor construye redes dando forma a las circunstancias. Todo nace y todo muere en el anfiteatro de la consciencia. Cuando nos consideramos atrapados por la ley de causalidad significa que sentimos que a cada causa le sobreviene un efecto, y que por cada pena o dolor aparece el sufrimiento que compensa como fruto de la lección. 
Lo cierto es que cada cosa tiene innumerables causas y es por eso que el mundo es como es. Toda causa tiene sus ramificaciones que cubren el mundo. Un almacén de energías no gastadas, de deseos no cumplidos y de temores no comprendidos. La mente se muestra como olas en el océano infinito de la Conciencia y no tiene sentido intentar deshacerse de la mente, ella se disuelve cuando observas desde donde nace. R.Malak