miércoles, 21 de agosto de 2013

Los perros de la mente ladran

Cuando miramos a través de la mente, ella muestra coherencia en todo lo que despliega. Se asemeja a un río de dos orillas, una suave y otra cruda. Todo sumergido en el ego resuena a huracán, zumbando entre los dos extremos, de lado a lado, formando apegos. Las gentes, generalmente confundidas en la dualidad mental, obnubiladas por el flujo intermitente, van detrás de la búsqueda del placer y con el obsesivo intento de alejarse del sufrimiento. Las aves al vernos cantan y los perros ladran, saltan y corren, aunque nos abrimos paso como luz azul que rebota en el muro cubierto de enredaderas que confunden. No dejamos de parecer nueces de cáscara dura - por dentro suave alimento - que impide salir la risa sanadora. La mayoría, confundidos en imaginaciones, atrapados por las costumbres, no saben qué abandonar ni qué esperar. Quedarse en la confusión, sin saber quién es nuestro amigo o enemigo, es desalentador. Muchos suponen que la comprensión servirá para solucionar problemas en el mundo cotidiano,  no se tiene idea que los conflictos actuales son productos de la rueda del Hacer, llámese  causas y efectos. Todos ellos, “los aparentes problemas”, están adaptados al impulso provocado por nuestros deseos. Cuando esto se descubre es posible recibir la asesoría a un buen caminar, que vendrá generalmente como producto de haber abandonado la idea de resultado, dado que se ha salido del espacio tiempo y se conoce sin la venda que ha quedado disuelta por la nada… R.Malak



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