viernes, 25 de marzo de 2011

La felicidad está presente en nosotros aunque la busquemos frenéticamente afuera



La felicidad está presente en nosotros aunque la busquemos frenéticamente afuera. Si los frutos de lo real quedan en el árbol sin ser consumidos, no es culpa del árbol, sino de la torpeza de quien deja que ello ocurra.

Cuando la absorción del ego en el si mismo ocurre, a la acción que desde el modo temporal aparece como un dejar ir, le sigue una comprensión repentina que termina la búsqueda. Ocurre la observación dentro de sí y se percibe el mundo que se mueve armoniosamente, se reconoce la energía donde no se es superior ni inferior a nada ni a nadie. En la observación sin juicio, se puede decir de modo gráfico que se ha tocado el infinito y aparece la paz que no tiene nada que ver con una tranquilidad sobreimpuesta, sino que es viva y alegre. Se deja de dar pasos apurados, el caminar será el que tenga que ocurrir. En la medida que vayan pasando las cosas se recogen los frutos que quedan al alcance de la mano. Como conocedor del movimiento y de las formas, se permanece, en cualquier circunstancia, en el umbral de una dinámica forma de ser ni sujeto ni objeto. El pensamiento lineal del intelecto deja de tener el sentido de autenticidad y se comienza a entender el modo donde todo pasa simultáneamente. Cuando se mira desde la identidad, aparezco como una ola, que desde el mar profundo se mueve hacia la costa y cuando miro desde el si mismo que soy, el universo completo se muestra como lo que soy, el mar océano de mi corazón. R.Malak

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